canal que un palo seco,
tendido en una sábana
de mármoles y desiertos
¡Qué triste un cuerpo solo!
Mi cuerpo sin el tuyo,
como un ojo sin otro,
brumoso de rocío,
temblando siempre otoño.
¡Qué triste un cuerpo solo!
-Miguel Hernandez.
acrílico/papel, 15 x 15 cm (plegado) 15 x 60 cm (desplegado)
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